Reflexiones

Reflexión Pastoral 23 de Marzo

PORTADORES DE SU GLORIA

VASOS DE BARRO ESCOGIDOS PARA MANIFESTAR SU GLORIA

¿QUÉ ES LA GLORIA POSTRERA? Jesús fue el puente que conecto la gloria primera con la gloria postrera. Él fue participe de la gloria primera porque vivió bajo la ley y Él la cumplió mientras estuvo en la tierra. Mateo 5: 17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Jesús marcó el comienzo de la gloria postrera después de Su resurrección. Este glorioso mover fue desatado en el Aposento Alto, el día de Pentecostés. Si todo lo que hemos leído (y mucho más) se llevó a cabo de acuerdo a la gloria primera, la cual estaba bajo un pacto menor – la ley y la sangre de animales sacrificados- cuanto más podemos esperar de la gloria postrera que está bajo un “mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Hebreos 8: 6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. El cual viene por medio de la fe en la sangre de Jesús. ¡el Cordero Perfecto! Por eso Jesús dijo que haríamos mayores cosas que Él, mientras caminó en la tierra. Juan 14: 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. ¿Qué manifestación podemos esperar ver en la gloria postrera? Podemos esperar ver un aceleramiento de todo lo que Dios está haciendo, en cada área, además de transformaciones, milagros, señales y maravillas radicales; echar fuera demonios, la salvación de millones de almas para Cristo, dominio sobre la naturaleza, provisión y protección sobrenaturales, ciudades, naciones y continentes sacudidos por avivamiento y por la gloria de Dios y otros fenómenos que no podemos imaginar. LA GLORIA POSTRERA SERÁ LA MANIFESTACIÓN CONJUNTA DE LA GLORIA PRIMERA Y LA GLORIA POSTRERA. La oración que Jesús elevó al Padre en, Juan 17: 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Afirmando que Él había dado Su gloria a sus seguidores, está siendo cumplida en nuestros tiempos. La gloria de Dios es la herencia de todo creyente, y debemos manifestarla a otros, para que puedan recibir salvación, sanidad y liberación, porque ellos también son herederos de Dios, como lo somos nosotros. Debemos entender que la gloria no es solo para nuestro beneficio personal. 2ª Corintios 4: 7. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, Aprendimos que la palabra hebrea para “gloria” es Kabód, y esta con lleva la idea de “abundancia” y “riqueza; en otras palabras, “tesoro”. Y el término “vasos de Barro”, en el versículo anterior, se refiere a los seres humanos (Adán fue formado del polvo de la tierra) que son frágiles y llenos de debilidades, inseguridades, defectos e imperfecciones. ¿Cómo es posible que este tesoro, esta gloria, se manifieste por medio de nosotros? Solo hay una respuesta:  esto es posible cuando Dios – no un ser humano- es continuamente glorificado en nuestras vidas. Somos vasos escogidos para llevar al mundo el “tesoro de luz” que habita en nosotros; esto consiste en tomar y manifestar las realidades del cielo, donde hay una necesidad. Cuando la gente vea las cosas sobrenaturales que ocurren a través de nosotros, se dará cuenta que ese poder extraordinario viene de Dios; al entender esto, comenzará a glorificarlo. Es maravilloso entender que, dondequiera que vayamos, el tesoro que habita en nosotros tiene la habilidad de salvar, sanar, liberar y transformar corazones

Pastora Maria de Machuca