Reflexiones

Reflexión Pastoral 30 de Agosto

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

¿CUAL ES LA APARIENCIA DE SU GLORIA?  Éxodo 24: 17, Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.

La gloria de Dios es un fuego consumidor que quema todo lo que no es santo. Su fuego también afecta los corazones de las personas de manera poderosa.

¡Pero ten cuidado! Este fuego no es para aquellos que no desean vivir vidas santas y puras. Recuerda que el pueblo de Israel tuvo temor de ese fuego, y la raíz de su temor era la falta de disposición a pagar el precio que se les demandaba.

Muchas personas quieren ser santas, pero no quieren pagar el precio de ser santificados. Esta actitud se puede ver hoy en día entre los creyentes de la iglesia de Cristo. Muchos rechazan los avivamientos, el poder, la gloria y los milagros porque tienen miedo de la presencia de Dios y porque no quieren pagar el precio que se requiere para mantenerlo ardiendo.

¿CUÁL ES LA REPRESENTACIÓN PROFÉTICA DEL FUEGO DE DIOS? Uno de los símbolos más llamativos e inspiradores de la Biblia es la del fuego, un prodigio común a todas las ilustraciones antiguas y modernas que se presta a una variedad de imágenes.

El término más frecuente para fuego en la Biblia Hebrea es La palabra griega phos, que normalmente también significa “luz”, aparece un par de veces en el Nuevo Testamento como “fuego”. Marcos 14: 54; Lucas 22:56. La palabra usual para el fuego en el Nuevo Testamento es pur (pu’r) El fuego, como manifestación de Su soberanía, comunica, ante todo, la presencia misma de Dios. Esto es especialmente evidente en la zarza ardiente desde la cual Dios le habló a Moisés.

Aquí el fuego es una manifestación del mismo Dios, pues Moisés se apartó de la vista “porque tenía miedo de mirar a Dios” Éxodo 3: 6. Similar a esto es el descenso de Jehová sobre el Monte Sinaí “en fuego” Éxodo 19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. En el Nuevo Testamento Pablo describe la segunda venida de Cristo como “en fuego ardiente” 2ª Tesalonicenses 1:7, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; Una apariencia que lleva connotaciones de juicio, así como de su presencia.

También similar a las imágenes del Antiguo Testamento es la visión que tuvo Juan de Jesús con los ojos “como fuego ardiente Apocalipsis 1: 14, Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; También en contextos de juicio.

No siempre es posible distinguir la presencia de Dios de Su gloria porque, en efecto, la gloria es frecuentemente una figura misma de la presencia divina. Sin embargo, un número de pasajes se enfocan en el fuego como sinónimo o en asociación con la gloria de Dios.

Por ejemplo, para los israelitas del Sinaí “la gloria del Señor parecía un fuego consumidor”, Éxodo 24: 17. En las visiones de Dios en su gloria tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el fuego es un fenómeno regular. Continuará

Pastora María de Machuca