Reflexiones

Reflexión Pastoral 9 de Marzo

PORTADORES DE SU GLORIA

VASOS DE BARRO ESCOGIDOS PARA MANIFESTAR SU GLORIA

Dios el Padre habitaba en Su Hijo quien vino a sanar a los enfermos y a liberar a los cautivos y oprimidos por el diablo. Cuando Jesús fue a la cruz, entregó su vida para redimir a la humanidad de la paga de su pecado; fue levantado al tercer día y después ascendió al cielo. Sin embargo, antes de ese acontecimiento, Él oró al Padre de manera que ningún otro hombre lo había hecho antes. Juan 17:22. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. La declaración de Jesús es extraordinaria ¡Independientemente de cómo la miremos!  Su misión era restaurar la gloria que habíamos perdido. Nosotros somos la habitación de Su presencia y llevamos Su gloria en nosotros. ¿puedes imaginar seres humanos caminando en la misma dimensión de gloria que levantó a Jesús de entre los muertos? Esa es la esencia de la oración que Jesús elevó al Padre. El Hijo de Dios por medio de su muerte en la cruz, pagó el precio para restaurar la gloria del Padre a toda la humanidad. Hoy en día todo creyente como miembro de su cuerpo es responsable de llevar, proteger y manifestar esa gloria en la tierra. Finalmente, Dios ha encontrado en lugar permanente donde habitar. Nosotros somos el templo, edificado por la mano de Dios y no por manos de hombre, donde su presencia habita por el Espíritu Santo. 1ª Corintios 6: 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?  ¿CUÁL ES TU RELACIÓN CON LA GLORIA? Hoy en día, las personas en la iglesia tienen relaciones distintas con la gloria que habita en ellos. Repasemos cuales son, a fin de poder tener un mayor entendimiento de la perspectiva de la gente acerca de este maravilloso regalo que nos fue dado. OPOSITORES DE LA GLORIA: Son los que critican y persiguen la revelación de la gloria y sus manifestaciones. Algunos lo hacen porque no la entienden, mientras otros lo hacen por temor a lo nuevo, o a aquello que va más allá de lo que han experimentado; aun otros, porque están cegados por las tradiciones y el espíritu de religiosidad.  SEGUIDORES DE LA GLORIA:  Son aquellos que se contentan viendo a lo lejos, lo que la gloria de Dios hace a través de otros, sin atreverse a entrar en el rio del Espíritu para hacer lo mismo. A veces, por miedo a lo desconocido, al compromiso o al fuego de Dios, el cual expone su condición espiritual. PORTADORES DE LA GLORIA: En esencia cada creyente es un portador de la gloria de Dios. No obstante, el solo ser portador no basta; debemos también recibir la revelación de su presencia. De esa forma Jesús se hará realidad en nuestras vidas, y en la vida de la gente en todas las naciones de la tierra, y Él podrá manifestar su presencia para bendecir a otros. REVELADORES DE SU GLORIA: Dios levanta hombres y mujeres para que enseñen a otros la revelación y el conocimiento de su gloria – sin revelación no puede haber manifestación – sin embargo, aunque estos maestros traen la revelación ellos no necesariamente la manifiestan. MANIFESTADORES DE LA GLORIA: los que manifiestan la gloria de Dios en la tierra han recibido la revelación de la gloria y ponen su conocimiento en práctica por medio de demostraciones visibles. En este tiempo, el Señor está levantando una generación diferente y con denuedo, que muestre Su gloria entre aquellos que están dispuestos a pagar el precio para manifestarla. PROTECTORES O CUSTODIOS DE SU GLORIA: Cuando un movimiento de Dios viene sobre la tierra el Señor levanta gente para proteger y custodiar dicho movimiento para que no sea llevado a los extremos.

Pastora Maria de Machuca