LA GLORIA DE DIOS
EL DISEÑO DE DIOS PARA LA VIDA CRISTIANA. VIENDO A JESÚS CARA A CARA. ¿Podemos ver a Jesús cara a cara? La gente siempre quiere verlo de forma física, pero ver a Jesús es mucho más que una simple experiencia visual. Hay cuatro maneras de ver a Jesús. 3. MANIFASTANDO SU PODER A TRAVES DE OTRAS PERSONAS. Igualmente, cuando veo a Jesús usar a otros (especialmente a los débiles, desconocidos y con muchos defectos, pero siempre dispuestos y llenos de fe) para hacer milagros, señales y maravillas, se siente una trasformación tan grande en el corazón que inspira a hacer lo mismo. Ver a Jesús sanar o liberar al pueblo a través de otros nos anima a creer en el poder de su resurrección, el cual es real y para hoy. 4. MANIFESTANDO SU GLORIA POR MEDIO DE NOSOTROS. Por Su gracia, Dios nos puede usar para hacer algunas de las cosas que Jesús hizo cuando camino en la tierra; cosas que otros hombres y mujeres también han sido capaces de hacer. Cada vez que Dios nos usa, vemos a Jesús resucitado de entre los muertos, y vivo a través de nosotros, lo cual además nos lleva a tener una transformación más fresca y profunda. Lo que cambia a una persona no es el tiempo que pasa en la iglesia, sino el tiempo que pasa en la presencia de Dios. No cambiamos a la semejanza de Jesús por ser personas disciplinadas, porque oramos mucho, porque damos nuestros diezmos o porque asistimos a una iglesia todos los domingos. Todas estas cosas son buenas y debemos practicarlas de continuo. Lo que cambia es ver a Dios cara a cara en su gloria manifestada. ¡Es en su presencia que somos transformados! Si tomamos un nuevo creyente y lo exponemos a la presencia de Dios por una hora, y luego lo comparamos otro cristiano “maduro” que ha conocido a Jesús por diez años, pero nunca ha experimentado la presencia de Dios más allá de la salvación, ¿Quién crees tú que se perecería más a Jesús? ¿El nuevo creyente o el creyente “maduro”? Por supuesto, la respuesta es el nuevo creyente, porque estuvo expuesto a la presencia de Dios por mucho más tiempo. ENTRANDO EN LA GLORIA. La gloria nos permite alcanzar naciones, continentes y aun el mundo entero porque, como hemos visto, en el ámbito de la gloria, ya no operan más la fe, los dones ni La medida de unción de hombres o mujeres; es Dios mismo quien hace el trabajo. Además, esto se debe a que la gloria opera en dimensiones. Una dimensión espiritual tiene gran “cobertura” que consta de anchura, longitud, profundidad y altura. Efesios 3: 18. seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura. Para ilustrar esto de manera comprensible para todos, veamos lo que ocurre con la industria del cine, la cual constantemente busca aumentar el nivel de realismo en sus películas a fin de darle a su audiencia una experiencia única cada vez que va al teatro. Hace unos años, las películas en tercera dimensión (3-D) comenzaron a hacerse populares. Usando gafas especiales, un simple espectador puede llegar a sentir que ésta participando activamente en cada escena, y tiene la impresión que puede “tocar” a la gente y los objetos que están en pantalla. En otras palabras, el cine nos ofrece una experiencia con mayor anchura, longitud, profundidad y altura. La unción opera en niveles o medidas, pero la gloria opera en dimensiones. Continuará
Pastora Maria de Machuca