Reflexiones

Reflexión Pastoral 12 de Mayo

LA GLORIA DE DIOS

DIOS MANIFESTÓ SU GLORIA A TRAVÉS DE SU HIJO, JESÚS. Jesús habló la Palabra de Dios y Él es la Palabra de Dios. Juan 1: 1. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él dijo lo siguiente: Juan 10: 30-38 Yo y el Padre uno somos. 38: Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Juan 14: 9-10. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; cómo, pues, dices tú: ¿Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obrasJesús nos llevó a conocer al Padre por medio de su carácter, virtudes y comportamiento. Ver a Jesús equivale a ver el esplendor y la imagen del Padre. Su sustancia (esencia) era su gloria, y escucharlo hablar era lo mismo que escuchar al Padre. Jesús es la más alta expresión de Dios a la humildad; la completa revelación y manifestación de la gloria del Padre. Después de la ascensión de Jesús al cielo, el apóstol Juan recibió una revelación de la gloria de Dios, similar a la revelación que recibió Isaías. Esto demuestra que Dios es poderoso y eterno Apocalipsis 4:8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. también revela la majestad de Jesús Apocalipsis 1: 13-16 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. La gloria de Dios no sólo se manifestó en los tiempos bíblicos, esta presente hoy en los milagros continuos que suceden a diario en cada vida, familia y nación que adora e invoca Su nombre. La adoración hace que Dios revele y manifieste su gloria o su presencia. “MUESTRAME TU GLORIA” El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Éxodo 33: 18. Moisés sabía que la gloria de Dios era más que un concepto teológico. Por eso le pidió a Dios que le mostrara su gloria – el aspecto más íntimo de su naturaleza- de hecho, primero le mostro su gloria a Moisés, y después le dio su ley. Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Éxodo 33: 17-23. Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. Éxodo 34: 28.  

Pastora Maria de Machuca