Reflexiones

Reflexión Pastoral 18 de Febrero

LA GLORIA DE DIOS

QUE ES EL CONOCIMIENTO REVELADO. Habacuc 2:14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar. La palabra “conocimiento” usada en la palabra anterior es el vocablo hebreo yadá que significa percibir; entender, adquirir conocimiento. También significa conocer a una persona en la intimidad, tal como usada en Génesis 4:1 donde se describe la intimidad sexual entre Adán y Eva. En griego “conocimiento” se puede traducir como gnosis o como epignosis. El primero es el conocimiento experimental o práctico: epignosis es reconocer o ser reconocido, es entrar en contacto íntimo con el objeto a conocer. Si sabemos que la tierra está llena de la gloria de Dios, entonces lo que hace falta para ver las manifestaciones es el conocimiento revelado, que viene a nuestro espíritu cuando tenemos relación íntima con Dios. Así, el conocimiento es revelado por el Espíritu Santo para que lo vivamos y lo experimentemos, no para que se quede en simple conocimiento mental. Ningún conocimiento es nuestro hasta que lo obedecemos, practicamos y experimentamos. La gloria de Dios debe ser revelada por el Espíritu, no se puede conocer por la razón: no es asunto de estudiarla como un tema más, sino que hay que tener una experiencia con ella. No debe ser solo un mensaje porque se trata del mover de Dios en los tiempos finales. No es algo que inicia un hombre, sino que es iniciado por El y para El, por lo cual no hay punto de referencia ni existe un patrón establecido para fluir en Su gloria.  Somos la generación que verá la gloria primera y la postrera manifestación juntas; de ahí que Dios este levantando apóstoles y profetas para que traigan esa revelación a nuestra generación. Él está abriendo los cielos para verter la revelación que necesitamos con el fin de manifestar Su gloria, porque sin ella no podemos ver más de lo que ya hemos visto hasta hoy.  Hay muchas manifestaciones que la iglesia ha estado buscando por años, décadas y siglos y no han ocurrido; no porque Dios no haya querido sino porque la iglesia no tiene la fe ni el conocimiento para materializar la gloria, y sólo la tendrá cuando le sea revelado el conocimiento necesario. Cuando tú tienes una revelación de Dios, está indiscutiblemente te llevará a tener una experiencia sobrenatural. Si hay una temporada en la que Dios ha entregado el conocimiento revelado de Su gloria, esa temporada es ahora. Muchos profetas entre los cuales podemos nombrar a Isaías, Habacuc y Hageo, la profetizaron, pero no la vieron. Murieron con la esperanza puesta en este era, y esto nos lleva a discernir que estamos transitando el mover final de Dios. Donde toda la tierra será llena del conocimiento de Su gloria. Entonces presenciaremos las más grandes manifestaciones jamás vistas en la historia de este planeta y ningún hombre podrá atribuirse esa gloria. Para que se manifieste la gloria tiene que ser capturada, recibida y reconocida por nuestro espíritu a través de la revelación del Espíritu Santo. Si una persona no recibe revelación de la gloria de Dios, no podrá ver sus continuas manifestaciones. El error que cometen muchos es que por un tiempo se mueven en la gloria, pero después vuelven a la unción, debido a que no dejan que Dios tome la iniciativa, Es decir, aprendieron a operar su fe bajo la unción, pero no supieron moverse en la gloria porque ésta es una dimensión desconocida donde toda la iniciativa le corresponde a Dios. La gloria demanda un mayor grado de humildad, decencia de Dios, pureza de motivaciones y osadía del Espíritu Santo.

Pastora Maria de Machuca