Reflexiones

Reflexión Pastoral 26 de Enero

LA GLORIA DE DIOS 

EL PROCESO DE NUESTRA TRASFORMACIÓN. Cuando entramos en la presencia de Dios, somos cambiados y transformados; encendidos con pasión espiritual para hacer su obra y expandir Su reino por todo el mundo. 2ª Corintios 3: 18. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. El verbo “transfigurados” o “transformados” aparece en una acción de presente continuo, lo cual nos indica que continuamente estamos siendo transformados y nos estamos moviendo de gloria en gloria. Entonces podemos preguntar ¿Qué dimensiones o ámbitos de la gloria existen, que todavía no entendemos, y a los cuales no hemos podido entrar? Estos son los milagros creativos, señales y maravillas, que la iglesia todavía no ha conocido. Ha de llegar el día cuando, un creyente entre a un hospital y todos los enfermos serán sanados. DIMENSIONES DE LA GLORIA. ¿Cómo entramos en una dimensión que nunca antes hemos conocido? ¡por revelación! Los profetas de Dios son portadores de Su revelación y ellos nos traen el conocimiento de estos ámbitos de la gloria de Dios. Por ejemplo, existen dimensiones de intercesión y guerra espiritual que todavía no entendemos, pero que llegará el día cuando sólo una palabra bastará para ganar una ciudad para Cristo.  Hay dimensiones que nos permiten tener dominio sobre las fuerzas de la naturaleza, tales como el clima y el fuego. Hay dimensiones de milagros creativos en el área de la mente, en las cuales niños y adultos serán sanados instantáneamente de condiciones mentales. Veremos que crecen partes del cuerpo que antes faltaban (brazos y piernas que fueron amputadas o que nunca existieron por algún problema de nacimiento) otra dimensión incluye el área de la resurrección de los muertos. Otro ámbito de la gloria es los “cielos abiertos”. Cuando estamos bajo cielos abiertos, podemos ir a lugares públicos y conocer las condiciones específicas de ciertas personas, ciudades o naciones. También está dimensión de la provisión sobrenatural, en la cual Dios desata riquezas de un día para otro. En esta dimensión se ve las transferencias de riquezas, de los gentiles a los hijos de Dios. Proverbios 13:22. El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo. También hay una dimensión que tiene que ver con la salvación de las almas, en la cual los perdidos correrán hacia los creyentes, a las iglesias y a los ministerios. Miles vendrán a entregar sus vidas al Señor. En sólo un día veremos aun millones entregar sus vidas a Jesús. La voluntad de Dios debe ser revelada; de lo contrario, no puede ser hecha en la tierra. 2ª Corintios 3: 18. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. “Transformados… de gloria en gloria”. La palabra nos ayuda a entender que somos transformados de “un lugar a otro”, o que avanzamos de una dimensión a otra. El inicio no está enfatizado; es algo que ya fue (una actividad constante que va de un punto a otro y de una dimensión a otra) Por eso es que la gloria de Dios en un movimiento. La Biblia lo confirma cuando dice que la nube Shekhiná del Señor continuamente se movía en el desierto. Esta actividad la produce el Espíritu Santo. De hecho, cada manifestación de la gloria se le atribuye a Él.                     

Pastora Maria de Machuca