Reflexiones

Reflexión Pastoral 2 de Febrero

PORTADORES DE SU GLORIA

EL PROCESO DE NUESTRA TRASFORMACIÓN. Cuando entramos en la presencia de Dios, somos cambiados y transformados. DIMENSIONES DE LA GLORIA. Cuando caminamos bajo la nube de gloria, estamos en continuo movimiento, y no nos cansamos. El pueblo de Israel caminó continuamente a través del desierto, pero nadie se quejó de cansancio. La sombra de la nube los protegía del sol durante el día, y el pilar de fuego les proveía luz y calor por la noche. Éxodo 13: 21. Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.  Dios le dijo a Moisés que levantara un tabernáculo móvil en el desierto. Esto nos indica que si deseamos movernos con la gloria de Dios, no podemos hacerlo con una mentalidad de afincarnos en una experiencia en particular, de echar raíces o sentir que “ya lo logramos” Mas bien, mentalidad tiene que ser de constante movimiento para poder ir de una dimensión de gloria a otra. PASANDO DE UNA DIMENSIÓN DE GLORIA A UNA DIMENSIÓN MAYOR. Dios tiene diferentes formas de llevarnos de una dimensión a otra; 1. DIOS PERMITE TRIBULACION, PRUEBAS Y PERSECUCIONES. 2ª Corintios 4: 17. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; Dios obra en medio de las tribulaciones, las pruebas y persecuciones, para llevarnos a nuevas dimensiones de gloria. No digo que Dios envía tribulaciones, pero cuando éstas llegan, Él las usa para manifestar Su gloria. Uno de los significados de la palabra Kabód (gloria) es “peso”. El peso de la presencia de Dios se siente o se experimenta de diferentes formas. Cada dimensión de gloria contiene una medida de peso de esencia de Dios. La tribulación temporal, por tanto, produce un mayor peso de gloria en nosotros. Medita en la siguiente ilustración; si entramos a una tribulación con “10 kilos” de peso de gloria (esto solo es un ejemplo, porque la gloria no puede medirse en kilos) y aprendemos a regocijamos en medio de esa tribulación, llegaremos al otro lado de la dificultad pesando “20 kilos” de gloria. En medio de la crisis, es necesario morir al yo (al ego) y humillarnos; sin embargo, éste es el momento donde tenemos que aprender a depender más de Dios. Este proceso nos libera del yo, de la rebelión y de esfuerzos religiosos, permitiéndole a Dios ser Señor en medio de toda circunstancia. Debemos regocijarnos en nuestras tribulaciones, porque ellas producen “en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Así es como Dios manifiesta Su gloria que está en nosotros. Por el contrario, si nos quejamos o caemos en autocompasión, retrocedemos y nunca alcanzaremos esa nueva dimensión de Su gloria. 2. DIOS USA LA REVELACIÓN O EL CONOCIENTO REVELADO. Romanos 1:17. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Observa cómo se describe el movimiento en el versículo anterior. Es la revelación o el conocimiento revelado, lo que nos lleva “de fe en fe” y de gloria en gloria. La característica inherente a todos los movimientos es que nos transportan de un lugar a otro. De esa manera, ni nuestra fe ni la gloria pueden estancarse. Si eso sucede, es porque no hay revelación para movernos hacia adelante.

Pastora Maria de Machuca