LA GLORIA DE DIOS
PASOS ESENCIALES EN LA TRANSICIÓN DE LA UNCIÓN A LA GLORIA. Durante muchos años hemos aprendido a vivir y caminar en fe y en la unción, hemos predicado acerca de ellos, hemos visto sanidades y otros milagros en el ministerio, los cuales han sido poderosos. Sin embargo, sentimos que hemos llegado a un tope donde no ocurre más allá que cierto nivel, pero aún tenemos hambre para conocer más de Dios, Anhelamos ver milagros creativos, provisión sobrenatural, señales, maravillas y transformaciones radicales en la vida de la gente. Tenemos la fe requerida para que esto pase, pero nada sucede. Creemos que Dios puede crear nuevos órganos y sanar cualquier tipo de enfermedad. Cuando oramos por los enfermos y necesitados nada sucede. Es ahí donde llegamos a otro nivel que necesitamos más que la unción. esto completa la revelación y nos lleva a comprometernos en la dimensión de gloria. En esa dimensión seria Dios quien obrería, no muestra fe o nuestra unción. El conocimiento revelado nos introduce en la dimensión de gloria, pero es el hambre y la sed por Dios lo que nos mantiene en ella. Al entender esta revelación, debemos dejar que Dios sea Dios, a fluir con Él y a permitir que Él de todo lo que Él tiene. Entonces la gloria comenzará a manifestarse de forma visible. Muchos se sanarán de enfermedades incurables. Los milagros creativos comenzaran a suceder. Órganos nuevos, trasformación radical en las vidas de muchas personas. Provisión sobrenatural. Entonces porque no dejar que sea Él quien opere directamente. Después de recibir la revelación de las tres dimensiones de lo sobrenatural, debemos aprender a discernir cuando tomar la iniciativa con la unción y cuando dejar que sea Dios quien haga las cosas por la gloria. Aprender a identificar cuando es fe, cuando es unción y cuando es la gloria la que está operando. 2. RENUEVE SU ENTENDIMIENTO CONFORME A LA PERSPECTIVA DE DIOS. Para moverse en el poder sobrenatural del reino de Dios necesitamos renovar nuestro entendimiento, porque sólo por medio de la renovación es que podemos ver de acuerdo a la perspectiva de Dios. Para ser útiles en el reino debemos ser trasformados o transfigurados, con el fin de tener una mentalidad redimida. Los creyentes a menudo oran por las naciones transformadas, pero la Biblia nos enseña que primero debemos tener un cambio de mentalidad. Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Mateo 17: 1-2. El vocablo griego par la palabra “transfiguro” es el mismo que se usa en Romanos 12: 2, para “transformaos”. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12: 2. Ese vocablo es metamorfóo, que significa “cambiar de forma o trasfigurar; experimentar una metamorfosis”. Cuando Jesús fue trasformado, reflejo la realidad del mundo venidero y manifestó su gloria. Los discípulos lo habían visto vivir y caminar bajo la unción, pero ese día, por primera vez vieron su verdadera gloria. La gloria que había dejado atrás al venir al mundo. A medida que renovamos nuestro entendimiento, de acuerdo a su naturaleza, reflejaremos la realidad de su gloria. La mente renovada es la herramienta esencial que necesitamos para traer la realidad del reino, el poder y la gloria a la tierra. Una mente renovada nos hace más útiles a Dios, porque entonces nuestros pensamientos se alinean a los suyos. Esto también permite que lo que existe en el cielo se manifieste también en la tierra por medio de milagros, señales y maravillas.
Pastora Maria de Machuca