Reflexiones

Reflexión Pastoral 25 de Agosto

LA GLORIA DE DIOS 

LA TRANSICIÓN DE LA UNCIÓN A LA GLORIA 3. GLORIA La presencia de Dios no puede ser provocada, manufacturada, o creada, pero si puede ser atraída por medio de la adoración. A menudo, Dios ha sanado, liberado y trasformado a personas durante un servicio de la iglesia, sin que nadie tenga que ejercitar su fe y unción. La presencia manifestada opera de acuerdo a la soberanía de Dios. Él hace lo que Él quiere, cuando quiere y como quiere, sin depender de nuestra fe, dones o unción. Es Dios haciendo sus obras sin la participación de los seres humanos. Cuando la gloria de Dios está presente, no pensamos en la persona que nos imparte un aspecto de su gloria. Dios toma la iniciativa y obra de acuerdo a su voluntad. La gloria, o la presencia de Dios, va más allá de todo don, unción o función ministerial, aunque todas estas cosas vienen de Él y son usadas por Él para edificar a su iglesia. OPERAR BAJO LA UNCIÓN VERSUS EXPERIMENTAR LA GLORIA. Para ayudarte a tener un mayor entendimiento de lo que es la gloria. Veremos el contraste que existe entre ministrar bajo la unción y experimentar la gloria. COOPERANDO CON DIOS. Cuando operamos bajo la unción, sentimos que sale poder de nosotros. Vemos esto cuando la mujer con el flujo de sangre tocó el borde del manto de Jesús, Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Lucas 8: 45-46. Cooperar con Dios es similar a esto, porque es el poder de Dios operando “a través de mi”, usando mi cooperación. Es así que cuando ministramos bajo la unción quedamos exhaustos al terminar, porque es Dios usando mi humanidad. Como creyentes sabemos que la unción opera cuando sentimos virtud y poder salir de nosotros, como le ocurrió a Jesús.  Los predicadores experimentan esto a menudo. En el ámbito de la fe, la gente pone demanda sobre la unción o el manto de un hombre o mujer de Dios, y recibe lo que desean. DESCANSANDO EN DIOS. Cuando experimentamos la gloria – cuando Dios en su soberanía escoge trabajar solo- ése es el ámbito de descanso; es cuando no podemos “hacer” nada, excepto adorar. Trabajamos bajo la unción, pero descansamos en la gloria de Dios. la unción fue dada para sanar a los enfermos, pero en la gloria estamos cubiertos con una inmunidad sobrenatural a las enfermedades. Recuerdo en una ocasión estamos concluyendo una semana vacacional con cerca de cien niños, fue una semana con mucho trabajo por las actividades con ellos, nos reunimos para finalizar este tiempo, en el primer coro de adoración bajó la presencia de Dios, su Shekhiná. Fue su nube, la vimos todos los que estábamos en este lugar reunidos. Los niños y maestros entraron en un tiempo tan glorioso de adoración, cantico nuevo, arrepentimiento, postración, llanto. Muchos no sabían que era lo que pasaba. Fue un tiempo de descanso y deleite de Su presencia. Algunos niños solo decían; perdóname, perdóname y se postraban. Fue cerca de dos horas, los padres estaban afuera esperando a sus hijos, muchos niños testificaban el tiempo tan maravilloso en la presencia de Dios. Que experiencia tan maravillosa. ¡Esto es lo que pasa en la gloria! la unción fue dada para sanar a los enfermos, pero en la gloria estamos cubiertos con una inmunidad sobrenatural a las enfermedades. Cuando la gloria está presente, en lugar de estar agotados, nos sentimos frescos al final del servicio. Eso es porque Dios está operando directamente, no a través de nosotros.

Pastora Maria de Machuca