Reflexiones

Reflexión Pastoral 15 de Noviembre

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

DIEZ RESULTADOS DEL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS: En la Escritura, vemos cuándo, cómo y por qué Dios desato el fuego de Su presencia. Él sigue haciendo lo mismo hoy con los mismos propósitos:

EL FUEGO PURIFICA Y SANTIFICA. Dios desea traer Su fuego a nuestras vidas no para juzgarnos sino para limpiarnos. Cuando tenemos una experiencia personal con el fuego, somos purificados y santificados porque éste quema y destruye las impurezas en las diferentes áreas de nuestras vidas. ¡Quema y destruye todo lo que no le es agradable a Dios! De nuevo, 1ª Corintios 11: 31. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; No temas al fuego de Su presencia, porque santifica a aquellos que respondan con sumisión, humildad, fe y obediencia. Si amamos a Dios y queremos agradarle, no tenemos que tener medio de Su fuego.

No nos consumirá. Al contrario, nos acercará a Él y nos llenará con Su pasión. Sabiendo esto, debemos buscar vivir expuestos a una atmósfera donde ese fuego siempre esté ministrando. Ya no podemos seguir viviendo de la misma manera. ¡Es tiempo de buscar Su fuego! Esto requerirá un sacrificio de nuestra parte.

1º Reyes 18: 38. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Para muchos creyentes, sacrificio se ha convertido en una palabra mala. Van hasta donde sea necesario para evitar perder su comodidad y conveniencia.

El sacrificio es la demanda, la persecución, el rechazo que viene junto con el avivamiento. Un sacrificio no puede existir sin los inconvenientes.  Es por esto que debemos cruzar la línea de la conveniencia. El fuego de Dios cae solamente donde hay sacrificio, porque prueba que lo que fue ofrecido a Dios es real.

Pero el sacrificio de ayer es la conveniencia de hoy. Es fácil medir nuestro sacrificio según lo duro que nuestro pasado ha sido, pero no estamos dispuesto a mirar hacia nuestro futuro de la misma forma. No estamos buscando más sacrificio, pero si queremos vivir en un estado permanente de recompensa por lo que ya hemos sacrificado.

Por esto es que dejamos de creer, madurar y entrar a dimensiones mayores; porque no estamos dispuestos a invertir nuestro tiempo y, mucho menos, nuestras finanzas, en el trabajo de Dios. No hay un solo versículo en la Biblia que diga que el fuego cayó en un altar vacío, donde no había sacrificio. Siempre debemos buscar nuevos niveles de sacrificio.

EL FUEGO REVELA LOS MOTIVOS DE NUESTRO CORAZÓN. 1ª Corintios 3: 13. la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará

Periódicamente, necesitamos preguntarnos a nosotros mismos “¿Cuál es el propósito de lo que estoy haciendo? ¿Quiero servir a Dios y usar los dones que Él me ha dado al máximo, teniendo amor por otros y un deseo por manifestar Su gloria?” Si nuestros motivos son correctos, nada hay que debemos temer, y si nos hemos salido de rumbo, podemos hacer las correcciones necesarias. Después, deseamos el avivamiento que Dios trae a nuestras vidas y monasterios.

Nuestra motivación a los nuevos creyentes es ir a los perdidos para salvar, sanar y restaurar, y Dios respalda Su Palabra con transformaciones que cambian vidas, Las personas se encuentran a sí mismas con el fuego de Dios, y la obra entera de Satanás en sus vidas es consumida. Continuará

Pastora María de Machuca