Reflexiones

Reflexión Pastoral 20 de Diciembre

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

DIEZ RESULTADOS DEL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS: En la Escritura, vemos cuándo, cómo y por qué Dios desato el fuego de Su presencia.

EL FUEGO PRODUCE UN AVIVAMIENTO. Lucas 4: 18 -19. El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.

“PREDICAR EL AÑO AGRADABLE DEL SEÑOR” esta frase se refiere a proclamar libertad para la tierra y su gente. En el Antiguo Testamento, Dios instruyo a los israelitas a tener el Año del Jubileo cada cincuenta años.

Levítico 25: 10-19. Ese año se restituía a la gente cualquier propiedad que se vieron forzados a vender debido a la pobreza, y eran libertados de su cautiverio si se habían vendido a sí mismos como esclavos para pagar sus deudas. Además, durante ese año no se hacía trabajo alguno en los campos, para que tanto las personas como los campos pudieran ser renovados.

Espiritualmente, experimentamos el jubileo cuando oímos las buenas nuevas del evangelio y recibimos el perdón de Dios por todos nuestros pecados.

Desde la resurrección de Jesús, la iglesia ha estado anunciando al mundo el “Año del Jubileo” -proclamando que Jesús perdona los pecados y nos liberta- Ahora, durante el “Año del Jubileo” de los últimos tiempos, los creyentes evangelizaran y proclamaran la temporada de la buena voluntad de Dios tanto dentro como fuera de las iglesias: en los mercados, escuelas, hospitales y prisiones. El evangelio del reino será anunciado por toda la tierra.

Así que, de nuevo, es imperativo que vayamos y prediquemos para recoger la gran cosecha de almas prometida para los últimos tiempos. Del pasaje de Lucas 4 podemos concluir que el avivamiento abarca todos los aspectos de la vida e la gente: físico, emocional, mental, social y espiritual. Trae trasformación para todas las necesidades de la humanidad.

Este conocimiento debería reafirmar en nosotros la urgencia de clamar a Dios para que el Su fuego sea desatado. “!AVIVA TU OBRA!” Habacuc 3:2. Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia. 

Los israelitas le pidieron a Dios que “avivara” Su obra. La palabra “aviva” se traduce de la palabra hebrea kjaiá, y algunos significados adicionales de esta palabra son “acelerar”, “restaurar a la vida”, “salvar” y “dar vida”. Ellos querían que Dios renovara o revitalizara Su obra.

Cada nuevo creyente experimenta un “revivir”, primero, cuando él o ella conoce al Señor; la Biblia se refiere a esto como el “primer amor” Apocalipsis 2: 4. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 

En nuestro primer amor, experimentamos tanta pasión por Jesús que hablamos a todos de Él, de Su amor, y de Su poder.

Estamos en fuego por Él que queremos contárselo al mundo entero. Después de un tiempo, por diferentes razones, perdemos esa pasión. Esa es la razón por la que el profeta Habacuc oró a Dios para que avivara su obra “en medio de los tiempos”.

Hoy, hay miles de creyentes que han perdido Su fuego y pasión por Dios. Cuando la iglesia pierde el fuego, el avivamiento de Dios es interrumpido. Como hemos visto, esa circunstancia hace que la gente busque sustitutos, nuevos métodos, reglas y estructuras, en un esfuerzo por levantar lo que está muerto. Continuara

Pastora María de Machuca