Reflexiones

Reflexión Pastoral 27 de Diciembre

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

“!AVIVA TU OBRA!” Cuando la iglesia pierde el fuego, el avivamiento de Dios es interrumpido. Como hemos visto, esa circunstancia hace que la gente busque sustitutos, nuevos métodos, reglas y estructuras, en un esfuerzo por levantar lo que está muerto.

Lo peor es que los sustitutos no permiten que fluya el vino nuevo del Espíritu Santo. Los nuevos odres que portan el vino nuevo del avivamiento son hombres y mujeres flexibles, que entienden que una relación genuina y viva con el Padre es mayor que una estructura religiosa, que la vida es más importante que la tradición, las regulaciones y el orden.

El vino nuevo -el avivamiento- es vida, no ley. Es una relación con el Dios vivo y una experiencia con el fuego de Su presencia.

PASOS ESENCIALES PARA CAMINAR EN AVIVAMIENTO.

1. CLAMAR A DIOS PARA SER ENCENDIDOS. Ezequiel 20: 47-48. Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte. Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará. 

Aunque en este verso Dios está hablando del juicio por fuego, también podemos aplicar el verso al otro propósito del fuego, que es encender pasión en nosotros al ser purificados en Él.

Si reconocemos nuestra condición espiritual pasiva, falta de compromiso, actitud de tibieza y complacencia, Dios encenderá un fuego en nosotros que quemará todos esos obstáculos y transformará nuestras vidas, haciéndonos así instrumentos que puedan encender a otros que estén en el mismo estado de indiferencia, cuando reconocemos nuestra condición espiritual y clamamos por avivamiento, recibimos el fuego de Su presencia.

2. DERRIBAR LA VIEJA ATMOSFERA EN LA IGLESIA LOCAL. Debemos derribar la atmósfera dura de opresión y duda, para crear otra atmosfera de gloria y de la presencia de Dios. Si esto no se hace, será muy difícil que venga el avivamiento, y aún más difícil que permanezca. Para lograr este rompimiento, hay que reconocer que nuestra Alabanza debe ser alta y nuestra Adoración profunda.

Cuando la vieja atmósfera es reemplazada por una atmósfera de gloria, entonces se producirá hambre y sed de Dios en los espíritus de las personas.

3. ESTAR DISPUESTOS A PAGAR EL PRECIO DEL AVIVAMIENTO. Debemos estar dispuestos a pagar el precio porque vale la pena traer el fuego de Dios.

Para ver la salvación de miles de personas en el altar de la iglesia y miles más en las naciones, ver como son bautizados en agua y llenos del Espíritu Santo para convertirse en discípulos fieles del Señor. Ser testigos de innumerables sanidades, liberaciones, matrimonios y familias restauradas; jóvenes ser liberados de las drogas, y ver milagros, señales, maravillas y casos de provisión sobrenatural.

En el avivamiento miles reciben y son llenos de gozo y fuego, y son encendidos por el fuego de la pasión de Dios y salen a predicar a Jesús por donde quiera.

Podríamos continuar haciendo la lista de los frutos del avivamiento continuo, pero la clave es la manifestación constante de la gloria de Dios en nuestras congregaciones.

Todo esto se debe a que estamos disponibles para Dios, a que estamos comprometidos y listos a pagar el precio de tener un avivamiento del Espíritu en nuestros medios. Continuara

Pastora María de Machuca