Reflexiones

Reflexión Pastoral 31 de Marzo

LA GLORIA DE DIOS

LA ESCENCIA DE LA GLORIA DE DIOS. La traducción conocida como Septuaginta, fue la primera en usar la palabra doxa para denotar la majestad de Dios. Más adelante la misma palabra fue utilizada en el Nuevo Testamento, incluyendo ciertas referencias a Jesús (Mateo 16: 27; Juan 1:14) Doxa, habla de la verdadera majestad que le pertenece a Dios como supremo Gobernador -majestad en el sentido de perfección absoluta de su deidad. Al referirse al Hijo. El termino alude a la realeza majestuosa del Mesías-. Siendo este el nivel de exaltación, y la condición por la cual el Padre levanto a Jesús, después que Él cumplió su propósito en la tierra, derrotando a satanás y a la muerte. La gloria de un individuo reside en su valor esencial. Si unimos las diferentes definiciones de las palabras Kabód y Doxa, diríamos que la gloria de Dios es la suma total de sus atributos, carácter y virtudes esenciales, el esplendor de su presencia y el esplendor de su majestad. Entonces podemos concluir que la esencia de Dios es su gloria. LA GLORIA DE DIOS SE MANIFESTÓ EN LA CREACIÓN La gloria (presencia) de Dios es la atmósfera espiritual del cielo, tal como el oxígeno físico de la tierra. Porque la gloria es la esencia de lo que Dios es, entonces todo está completo en la gloria. Nada está incompleto. Esa gloria fue la vida y el ambiente en el cual vivieron los primeros humanos. Dios creó al primer humano, Adán en un instante, del polvo de la tierra, y le dio su “aliento de vida”. El verdadero vivir es estar continuamente conectado a la presencia de Dios (inhalar su aliento de vida) en la gloria de dios, toda necesidad es suplida. Adán no fue bebé, un niño o un adolescente; por lo tanto, no tuvo que experimentar el mismo proceso de desarrollo como nosotros. Lo mismo ocurrió con Eva. Ellos fueron creados y formados como adultos porque, en el principio, Dios creó todas las cosas en su forma final, pero además puso una semilla en cada especie, de manera que pudiera reproducirse. Genesis 1: 12, Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. En la gloria de Dios (en su presencia manifestada) todo “es” por lo tanto, toda necesidad de la humanidad puede ser suplida, porque estamos completos. En la gloria de Dios hay sanidad, liberación y milagros (milagros creativos, tales como órganos nuevos) cuando la humanidad fue creada, no conocía la enfermedad, la pobreza ni la muerte. Después que el ser humano pecó al revelarse contra Dios, tuvo que ser removido de su presencia, y comenzó a experimentar enfermedad, pobreza y muerte. Desde entonces, todos los seres humanos pasan por el proceso de nacimiento, crecimiento y la muerte. LA PRESENCIA DE DIOS ES UN AMBIENTE. Para entender lo que significa vivir en la gloria de Dios, debemos entender el contraste entre el ambiente en el cual vivieron Adán y Eva en el jardín del Edén, antes de la caída, y el ambiente en el cual pasaron a vivir en la tierra, después de la caída. En Genesis capítulo 1, vemos que lo primero que Dios hizo, antes de crear todo, fue preparar el ambiente perfecto para ello. Por ejemplo, Dios empezó ordenando la tierra, y después creó las plantas y árboles que se nutrirían de la tierra y sus minerales. A sí mismo, el ambiente estaba listo antes que Dios creara los animales que necesitarían comer la vegetación para su sustento. Antes que Dios creara cualquier cosa, primero preparó el ambiente que perfectamente lo sustentaría. Dios creó los océanos y los ríos, y después creó los peces y otras criaturas vivas, las cuales estarías equipadas para existir en un ambiente de agua.

Pastora Maria de Machuca