Reflexiones

Reflexión Pastoral 7 de Abril

LA GLORIA DE DIOS

ANTES QUE DIOS CREARA CUALQUIER COSA, PRIMERO PREPARÓ EL AMBIENTE QUE PERFECTAMENTE LO SUSTENTARÍA Dios creo el firmamento, y después creo las estrellas y los planetas que estarían en él, los cuales funcionan de acuerdo a las leyes gravitacionales y las trayectorias orbitales. Genesis 1: 9-25. Igualmente, cuando Dios creó el ambiente del jardín del Edén, diseño la perfecta atmósfera para la humanidad. Dios puso a Adán en la atmósfera de su presencia y gloria. Ese era el único ambiente en el cual podía sostenerse y prosperar. En esa atmósfera, Dios se reveló a sí mismo y sus propósitos para la humanidad Genesis 1; 26, Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 2: 7-8. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.  Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Veamos más detenidamente el significado de las palabras “jardín” y “Edén” en el hebreo para determinar su significado. La palabra “Edén” significa placer o deleite, la palabra “jardín” significa “recinto” o “lugar cercano”, esta palabra deriva de una raíz que significa “cobertura” es algo que “protege”, ”defiende”, “cubre” o “rodea”. Cuando estamos en la gloria de Dios, estamos rodeados y protegidos por la presencia de Dios. Podemos decir que el Edén no era un lugar geográfico, sino un placentero “espacio” o lugar de gloria, cuidadosamente preparado y diseñado por Dios para que habitara la humanidad. El Edén fue un “momento en el tiempo” en el cual la manifestación de la gloria de Dios pudo ser vista, es decir Dios se manifiesta a sí mismo, visiblemente, en el tiempo (en la dimensión natural) para beneficio de la humanidad, porque la gloria de Dios continuamente se está moviendo. Cuando estamos en la presencia del Señor, vamos “de gloria en gloria” 2ª Corintios 3: 18; por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. Nadie va de un lugar a otro sin moverse. Dios es activo y constantemente se está moviendo, y Él se manifiesta a si mismo donde le place. Y cuando estamos en Él, nos movemos en Él.  Casi todas las localidades geográficas que menciona la Escritura han sido encontradas por arqueólogos, pero el Edén no ha sido descubierto aún. ¿por qué? Porque fue un sitio, un momento en el tiempo, donde la presencia descendió (la presencia estaba en continuo movimiento) a medida que se movía la presencia, Adán también se movía. La gloria de Dios fue un ambiente original en el cual vivió la humanidad. Dios está en todos lados, todo el tiempo, pero no se manifiesta en todos los lugares de la tierra, Él se manifiesta donde es bienvenido y donde la gente vive en relación íntima con Él. El Edén era una “puerta” o un “portal” al cielo, porque era allí donde Dios manifestaba su gloria a los seres humanos, quienes fueron creados a su imagen, y donde ellos permanecían en continua comunión con Él. La presencia de Dios con la humanidad era en verdad el cielo en la tierra. Podemos definir el Edén como un “lugar en la tierra que existió por un momento en el tiempo, donde la presencia de Dios es una puerta al cielo”. Jacob pudo vislumbrar este tipo de gloria cuando soñó con la escalera que ascendía hacia una apertura en el cielo Genesis 28: 12.

Pastora Maria de Machuca