LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, EL RAPTO.
LA SEGUNDA VENIDA EN RELACIÓN CON EL CUERPO DE CRISTO 1. La resurrección de los muertos en Cristo.
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero» (1ª Tesalonicenses 4:16) La primerísima cosa que sucede en el plan de Dios para el futuro es la resurrección de los muertos en Cristo. Si Cristo no viene, no habrá resurrección; y si no hay resurrección, entonces el hombre será un espíritu eternamente.
2. La transformación de los vivos en Cristo. «He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.» (1ª Corintios 15:51-53) El cristiano no es uno que busca la muerte, sino uno que busca al Vencedor de la muerte. Las palabras, «…no todos dormiremos,» significan que «no todos moriremos.»
¡Qué grandiosa esperanza es esta! ¡Qué aclamación habrá en aquel día! «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?» (1ª Corintios 15:55) ¿No es una bendición y una palabra de esperanza la posibilidad de que no gustemos la muerte? Nadie, ni los cristianos queremos morir. El cristiano es la única persona que tiene la esperanza de no experimentar la muerte, jamás. Sí, sabemos que las Escrituras dicen que «…está establecido para los hombres que mueran una sola vez» (Hebreos 9:27) El texto no dice que todos los hombres moriremos. Sabemos que la transformación de los hijos de Dios que vivamos y permanezcamos hasta su venida no será la muerte, porque la Biblia dice que «…no todos dormiremos.»
3. El arrebatamiento es para los que están en Cristo. «Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar… en el sentido de que el día del Señor está cerca.» (2ª Tesalonicenses 2:1-2) Este pasaje y la frase «…pero todos seremos transformados» eliminan la posibilidad de un arrebatamiento parcial. El Cuerpo de Cristo entero será arrebatado (llevado arriba). Habrá un rapto y no una rotura de la Iglesia. El Cuerpo de Cristo estará completo en el cielo.
Ningún miembro de su Cuerpo será dejado para pasar por la Tribulación. Algunos dirán, «¿Cómo puede ser esto?» Dios arrebató a Elías sin que éste gustara la muerte, y Él puede trasladar a un millón de personas, o a cien millones a su presencia con la misma facilidad. El arrebatamiento de la Iglesia va a causar una gran separación.
Todos los incrédulos serán dejados aquí para sufrir la Tribulación. Por otra parte, el rapto de la Iglesia va a ser el motivo de una gran reunión.
La Biblia dice, «Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» (1ª Tesalonicenses 4:17) ¡Qué palabra tan maravillosa es la palabra «juntamente!» Todos nuestros seres queridos en el Señor estarán «juntos» con nosotros para toda la eternidad con Cristo. «Vivamos en este siglo sobrio, justo y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.» (Tito 2:13)
Pastora María de Machuca