Reflexiones

Reflexión Pastoral 1 de Noviembre

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

DIEZ RESULTADOS DEL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS: En numerosos pasajes a lo largo de la Escritura, vemos cuándo, cómo y por qué Dios desato el fuego de Su presencia. Él sigue haciendo lo mismo hoy con los mismos propósitos.

1.  EL FUEGO PRODUCE UNA PASIÓN POR SALVAR ALMAS. La mayor cosecha de almas que la iglesia jamás haya visto está a punto de ocurrir, y será el resultado del fuego del Espíritu Santo ardiendo en los creyentes. Muchos avivamientos han ocurrido alrededor del mundo, pero pocas personas parece haber reconocido su propósito. Algunos los vieron como un medio para sentirse bien, danzar, llorar y tener tiempos de descanso. Esas cosas son beneficiosas y forman parte de las manifestaciones divinas que traen avivamiento. Pero el propósito principal de Dios para enviar avivamientos, es que la gente conozca a Jesús y sea salva.

Juan 5: 35, Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. Juan el Bautista fue como una antorcha que quemaba y daba luz, pero esa luz sólo tenía el propósito de ayudar a otros a ver la Luz -Jesús- su rol era anunciar la venida del Mesías y lo que el haría en la tierra.

En esos días, muchas personas se regocijaron en la luz de Juan y lo siguieron, pero no progresaron más en su fe. Asimismo, muchos creyentes hoy se regocijan en la luz de otros, pero se quedan cortos porque no tienen el fuego de la pasión de Dios en ellos. Su fuego se ha extinguido. Necesitan que el Espíritu Santo los encienda otra vez.

No podemos ser luz si no estamos en fuego. Jesús dijo que los creyentes somos la “luz del mundo” Mateo 5: 14- 16, Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Somos iluminados por el fuego de Dios, Ninguna otra luz, más que la luz que recibimos del Espíritu Santo a través de Jesús, puede dispersar la oscuridad espiritual.

No hay otra fuente de luz que traiga su presencia milagros, y todo lo demás que Él quiere hacer por la gente a través de nosotros. Jesús ha regresado al cielo, y ahora nosotros somos la luz del mundo. Sin el fuego del Espíritu de Dios, la luz de Su gloria no brillará.

Jesús viene por una iglesia que no sólo está experimentando avivamiento, sino que además está en fuego por la cosecha. Si la experiencia del bautismo del Espíritu Santo, a través del cual recibimos el poder de Dios, no nos empuja a alcanzar al perdido, sigue sin ser decisiva. El bautismo en fuego es necesario para impulsarnos a ir y evangelizar.

Un avivamiento es una inyección de vida nueva a través de la cual somos investidos de poder – llenos completamente con el poder de Dios- para recoger la gran cosecha. Debemos estar conscientes que la gente se está yendo al infierno mientras la iglesia continúa operando tras cuatro paredes, cantando, danzando y ministrándose unos a otros, pero nunca saliendo a buscar al perdido.

¡oremos para que esa pasión por el perdido sea desatada en cada uno de nosotros! 2. EL FUEGO TRAE JUICIO. El término “fuego extraño”.

Se refiere al incienso que simboliza la adoración, pero que se origina de un motivo incorrecto y consecuentemente activa el juicio de Dios sobre aquellos que lo ofrecen. Continuará

Pastora María de Machuca