Reflexiones

Reflexión Pastoral 2 de Agosto

LA TRANSICIÓN DE LA ALABANZA A LA ADORACIÓN. 

PRINCIPIOS PARA CREAR UNA ATMÓSFERA ESPIRITUAL.

LA ATMÓSFERA ESPIRITUAL DEBE SE PERCIBIDA Y DESATADA. Una vez que la nube y trono son edificados, podemos percibir la atmósfera espiritual de gloria. En lo natural, la atmósfera es una sustancia gaseosa que rodea un cuerpo celestial formada por ingredientes del medio ambiente. En la dimensión espiritual, funciona básicamente de la misma manera.

Los ingredientes en la atmósfera de gloria son la oración continua, las ofrendas, la intercesión, la alabanza, la adoración, la obediencia y el honor. En la Biblia, muchas veces encontramos que cuando estos ingredientes existen en el ambiente, producen cielos abiertos y forman una atmósfera espiritual divina.

PERCIBIENDO LA ATMÓSFERA: Cuando en un lugar no ha sido edificada una buena atmósfera espiritual para predicar, enseñar y ministrar milagros, lo primero que se debe hacer es empezar por derribar la mala atmósfera, -cargada con religiosidad, duda y egocentrismo- por medio de la alabanza. Después la adoración, hasta que la presencia de Dios descienda.

Y en ese momento es donde se puede empezar a predicar, enseñar o desatar milagros. Algunas veces, esto toma un tiempo largo, pero no podemos forzar a Dios a ajustarse a nuestros programas. Debemos adorar hasta que la atmósfera de Su gloria sea formada.

Si queremos lo que es verdadero, debemos ceder el paso a la verdadera adoración. Los ingredientes de la atmósfera de gloria son, oración continua, ofrendas, intercesión, alabanza, adoración, obediencia y honor.

DESATANDO LA ATMÓSFERA. Eclesiastés 11: 3. Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará. En lo natural, no puede haber lluvia sin nubes, de la misma forma, la adoración crea una nube para que las manifestaciones de la gloria de Dios puedan llover sobre nosotros.

Pero ¿qué pasaría si las nubes físicas se formaran y se llenaran de agua, y aun no lloviera? Para crear y fomentar la lluvia, algunos investigadores, oficiales públicos y hombres de negocios están a favor de usar una o más técnicas llamadas, “siembra o bombardeo de nubes”: Una tormenta de lluvia ocurre después que la humedad se reúne alrededor de partículas que se forman naturalmente en el aire, causando que el aire alcance un nivel de saturación, hasta el punto que ya no puede retener más esa humedad.

El bombardeo o la siembre de nubes ayuda esencialmente en ese proceso, proveyendo “núcleos” adicionales alrededor de los cuales el agua se condensa. Estos núcleos pueden ser sales, cloruro de calcio, hielo seco o yoduro de plata.

Algo similar ocurre en el Espíritu. A veces, la nube se forma, pero no hay una manifestación visible de la presencia de Dios. Por ejemplo, puede haber servicios donde la atmósfera está cargada con la gloria o la presencia de Dios, pero, para nuestra sorpresa no sucede nada.

Hay potencial en esa atmósfera que Dios estaba listo para sanar, salvar, y hacer milagros, pero algo lo detuvo ¿Qué ocurrió? Dios es soberano, y puede decidir no hablar en un momento dado.

No es que alguien tenga el corazón tan duro que impida que Dios hable; Él actúa conforme a su soberanía. Sin embargo, es importante saber cómo desatar lo que está en una nube de gloria, pero también es substancial conocer cómo formar una. Continuará la próxima semana

Pastora María de Machuca