Reflexiones

Reflexión Pastoral 21 de Marzo

MANIFESTANDO LA GLORIA DE DIOS DONDE QUIERA QUE TU VAS

Las señales y milagros afectan a quienes participan. Los milagros hacen que le presten atención a la voz de Dios. Hechos 8:6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.

Los milagros hacen que las personas obedezcan a Dios. Romanos 15:18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que, desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.

Las señales exponen el pecado para arrepentimiento. Lucas 5:8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Juan 15:24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Las manifestaciones de poder obligan a tomar decisiones.

Los milagros afectan al testimonio a las generaciones venideras. Salmos 145:4 Generación a generación celebrará tus obras y anunciará tus poderosos hechos. Salmos 78:4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo.

El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos.

EL PELIGRO DE PERDER LA PRESENCIA DE DIOS Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie.” – 1º Samuel 4:10.

En esta historia Israel perdió 30.000 hombres. ¿Pero por qué sucedió eso si Dios estaba protegiendo a Israel? Fue porque la presencia de Dios no estaba en su vida. En el verso 19 vemos la palabra Ikabod que significa sin gloria, la gloria de Dios los dejó.

En este capítulo el Arca fue capturada y Dios dejó a Israel, por lo que sufrieron grandes pérdidas. Tres consecuencias de que la presencia sea quitada: Quedamos espiritualmente expuestos. No tendremos la protección o cobertura de Dios en nuestra vida.

El diablo sabe cuándo no tenemos protección. Cuando tu desobedeces a Dios, o hay pecado o iniquidad el diablo lo sabe, haciéndole un blanco fácil a sus ataques. Nos volvemos religiosos. Empezamos a hacer las cosas mecánicamente. Todo en nuestra vida permanecerá igual. Cantamos las mismas canciones. Decimos las mismas oraciones.

Pueden tener palabras bonitas pero la presencia no será manifestada. Como resultado de todo esto nos secamos espiritualmente. Morimos espiritualmente. Todo pecado es castigado con la muerte. El pecado físico, mental y espiritual nos hacen alejarnos de nuestra fuente de vida que es Jesús. Asegúrate de, cuando no sientas Su presencia, correr a ella. Si tu no has sentido Su presencia hace tiempo o te has sentido espiritualmente seco, estas son señales de alerta de que debes arrepentirse de tus pecados y buscar a Dios.

Pídele que se manifieste en tu vida. Si tú quieres protección, cobertura, y estar en el lugar al que has sido llamado a estar, tiene que estar en la atmósfera de Su presencia. Las Escrituras proveen ejemplos interminables de cómo la presencia de Dios les da poder a sus hijos para vivir para él. Y uno de los más poderosos de estos ejemplos se encuentra en la vida de Moisés.

Pastora María de Machuca