Reflexiones

Reflexión Pastoral 24 de Mayo

LA TRANSICIÓN DE LA ALABANZA A LA ADORACIÓN. 

REVELACIONES DE LA VERDADERA ADORACIÓN. Estamos observando profundamente la naturaleza de la adoración a través de siete revelaciones de la verdadera adoración, para que así podamos crear una atmosfera que atraerá la presencia de Dios entre nosotros. 4. LA VERDADERA ADORACIÓN RECIBE Y ENVÍA SONIDOS CELESTIALES. La adoración que resuena desde el trono de Dios incluye la declaración hablada de Su palabra, así como varios sonidos que reflejan la manifestación de Su gloria y el espíritu de esa adoración.

EL PODER DE LA PALABRA HABLADA. Recuerda que las palabras dichas por Dios fueron vitales en la creación de los cielos y la tierra. Cada vez que Él declaró algo; como, por ejemplo, “sea la luz”, Genesis 1: 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Cada aspecto de la creación respondió al sonido de Su voz, y a la autoridad detrás de esas palabras, y se convirtió en una realidad física. La corona de la creación fue la humanidad, la cual fue hecha a Su imagen y semejanza.

Por eso. A medida que expresamos nuestra adoración a Dios, declaramos Su propia Palabra, de regreso a Él, Su voluntad se lleva a cabo por los dichos de nuestra boca. Cuando tu estas ungido por el poder de Dios, los milagros se materializarán de manera natural.

Su Palabra en nuestra boca es igual que si fuera hablada por Él. Juan 15: 7, Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. La Palabra de Dios tiene el poder de traer lo que está en la eternidad a la dimensión del tiempo. La Biblia dice que el poder de la vida y la muerte está en nuestra lengua.

Proverbios 18: 21, La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos. Debemos aprender a usar la voz de autoridad que tenemos en Cristo para establecer el poder, la gloria y la voluntad del Padre, en lugar de usarla para desatar maldición o juicio. Nuestro nivel de ascensión hacia la presencia de Dios estará determinado por el sonido de la adoración que desatemos. 

La voz de una persona ungida por el Espíritu Santo puede romper ataduras, enfermedades, depresión, maldiciones, hechizos, opresión demoniaca y mucho más. Las ordenes de la voz de Jesús estaban tan ungidas que los demonios huían al oírla, los ojos de los ciegos eran abiertos, las tormentas cesaban, los muertos salían de su tumba, y los enfermos eran sanados (algunos sin estar siquiera al alcance del sonido de esa voz) ¿Por qué ocurría eso? Porque lo que el Padre estaba diciendo en el cielo, Jesús lo estaba diciendo en la tierra. Nosotros podemos hacer lo mismo cuando adoramos a nuestro Dios todopoderoso.

EL PODER DE LOS SONIDOS CELESTIALES. Los sonidos dados por el cielo, al igual que las palabras, asumen un rol significativo en nuestra adoración a Dios, y en el cumplimiento de su voluntad en el mundo, especialmente en una temporada del plan de Dios para su pueblo. Por ejemplo, en el libro de Josué capítulo 6, leemos acerca de la caída de los muros de Jericó cuando los israelitas tomaron posesión de la tierra prometida. Dios le dio a su pueblo dos instrumentos: Sonar trompeta y gritar. Él les ordeno desatar sonidos.

Cuando la gente obedeció, el sonido desato tal poder y gloria de Dios que los muros de Jericó colapsaron, tal y como Él lo había prometido. Continuará la próxima semana

Pastora María de Machuca