Reflexiones

Reflexión Pastoral 4 de Octubre

ENCENDIDOS POR EL FUEGO DE LA PRESENCIA DE DIOS

JESÚS VINO A TRAER PODER Y FUEGO. Lucas 12: 49, Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? Mientras Jesús ministro en la tierra, su mayor pasión fue desatar el fuego de la presencia de Dios para que, después de Su resurrección, una multitud de personas alrededor del mundo pudiese reproducir sus milagros y guiar a otros hombres y mujeres a conocer al Padre con la misma pasión.

Además de darnos nuestra salvación, ésta es la razón por la que Él fue a la cruz y murió. ¡Jesús sabía lo que estaba haciendo! Cuando Él resucito, ese fuego fue desatado sobre sus discípulos en el aposento Alto, y ellos sacudieron al mundo.

Por esa razón Juan el Bautista dijo, Mateo 3: 11, Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

En este pasaje vemos que hay una diferencia entre ser bautizado con el Espíritu Santo y ser bautizado con fuego. Juan usa la conjunción “y” entre los términos “Espíritu Santo” y “fuego”, indicando que son dos bautizos diferentes, pero igualmente necesarios. Para entender lo que significa ser bautizado con fuego, veamos primero la palabra griega para “bautizar”.

Está es baptizo, que significa “sumergir” y “mojar por completo”. Esta palabra se usaba para describir un bote cuando es cubierto o sumergido por una gran ola; esto es esencialmente lo que sucede cuando somos bautizados en agua por inmersión. Somos completamente cubiertos, totalmente sumergidos bajo el agua.

La misma experiencia ocurre cuando somos bautizados con el Espíritu Santo y fuego. Somos sumergidos por completo en el fuego consumidor de la presencia de Dios, para que de ese modo afecte todo nuestro ser.

DOS PUNTOS FUNDAMENTALES PARA SER UN TESTIGO EFECTIVO DE JESÚS. Pasar por estos bautismos es fundamental para que nuestro testimonio sea efectivo. La mayoría de los cristianos quieren ser testigos de Jesús. Sin embargo, muchos no testifican, mientras otros hacen lo mejor que pueden, pero son inefectivos. ¿Por qué? Porque no han entrado por completo en los bautismos del Espíritu Santo y Fuego.

Por tanto, analicemos en detalle estos dos puntos básicos: 1. SER LLENOS CON EL PODER DÚNAMIS (“DINAMITA”) DEL ESPIRITU SANTO. Hechos 1: 8, pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Lo primero que necesitamos es el poder del Espíritu Santo de Dios. Ese poder va más allá de la habilidad de hablar en otras lenguas. Es también más que sólo una oportunidad para formar un “club social” donde la gente puede profetizarse unos a otros. ¡el poder del Espíritu tiene que ver con ganar el perdido para Cristo! Ser lleno con el Espíritu Santo y fuego es tener la habilidad de sacudir al mundo con las buenas nuevas del reino.

Hechos 17: 6, Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; Nos ayuda a producir evidencias sobrenaturales que prueban que, verdaderamente, Jesús vive.

Debemos llevar el evangelio dondequiera que vamos, sanando enfermos, liberando al cautivo y testificando de la obra redentora de Jesús. Continuará

Pastora María de Machuca